¡¡¡Mis inicios!!!

En la academia CEPAN

Rodeada de compañeros que compartíamos la misma pasión. Allí descubrí lo que significa la disciplina, el trabajo constante y, sobre todo, el compañerismo. Cada entrenamiento es un aprendizaje y, aunque al principio todo parecía un gran reto, pronto entendí que este es el camino que quero recorrer con toda la pasión y el esfuerzo posible.

En la escuela de Paracuellos (Madrid)

Viví una de mis primeras experiencias con la competición real: una simulación de carrera. Para mí fue mucho más que un simple ejercicio, fue la primera vez que sentí la emoción de subirme a un podio. Ese momento me dio la confianza que necesitaba y me confirmó que quería dedicarme a esto con todas mis fuerzas.

Mis primeras carreras

La oportunidad de participar en la Copa Centro fue un paso enorme en mi trayectoria. En mi segunda carrera conseguí un 3º puesto en la categoría féminas, sumando mis primeros puntos en un campeonato real. Puede parecer poco, pero para mí significó muchísimo: cada vuelta era un reto superado, cada curva una lección aprendida.

Después llegó el Circuito de Ariza, donde disputé mi tercera carrera. Una vez más terminé 3ª en mi categoría, y esa regularidad empezó a darme confianza. Sentía que cada esfuerzo en los entrenamientos se veía reflejado en la pista. Sabía que lo mejor estaba por venir.

El gran día

La última prueba del campeonato se celebró en el Circuito FK1 de Valladolid. Llegaba con nervios, pero también con la motivación de todo lo que había vivido hasta entonces. Fue una carrera intensa, llena de emociones y de lucha hasta el final. Gracias a la constancia durante toda la temporada, logré cruzar la meta en la mejor posición posible: 1ª en mi categoría.

Ese resultado me permitió cumplir un sueño: consolidarme como campeona de la Copa Centro. La mezcla de alegría, orgullo y emoción que sentí en ese momento es difícil de describir. Fue la recompensa a cada caída, a cada hora de entrenamiento, y al apoyo de quienes siempre han estado a mi lado.

Desde que me subí por primera vez a una moto, sentí que había encontrado mi lugar en el mundo. El rugido del motor, la velocidad y la sensación de libertad me atraparon desde el primer instante. Poco a poco, con ilusión y esfuerzo, comencé a transformar ese sueño en una realidad: convertirme en piloto.

Ser campeona de la Copa Centro me ha demostrado que los sueños se alcanzan con trabajo y dedicación.